Autumn breeze

Those days passed in slow motion. I remember them clearly, although maybe not correctly. But I knew it was all I wanted in those moments, I could feel it. I kick off my pants to his surprise and wade into the river. The cool water cuts me like broken glass, but it is so clear, and I couldn’t have had the perfect memory without having tried it. It was so hot that day that the river flowed eternal, it looked like a postcard photo. I walked over the rocks, feet on fire but talking, always talking. You listen as I babble incoherent geology nonsense. Join in my fun, and you do. I wish I could stay here all day. The pool on the other side of the campsite doesn’t do it justice, it doesn’t even compare. I kiss you as we walk back along the path until they come looking for us and I don’t remember anything else about that day. Just how the river looked, just watching it run its course. How I felt so free.


Estamos lejos de casa, lejos de la cabaña. Lo recuerdo claramente, a mi manera, pero era lo que yo queria en ese momento. Me quito los pantalones y me meto al rio. El agua me corta bruscamente como un vaso de vidrio, pero esta bello, y no podria tener el recuerdo perfecto sin haberlo probado. Hacia tanto calor, ese rio se veia eterno, se veia como foto de postal. Camino por las rocas calientes, hablando, siempre hablando. Quisiera quedarme todo el dia. La agua de la piscina ni se compara. Te beso en el camino hasta que nos buscan, y no me acuerdo de nada mas. Solo de mirar el rio, de verlo correr solito. Estoy libre por unos momentos.
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I don’t remember September much. I just remember it was hot, maybe even hotter than August. And it was weird, and I remember that it was all I thought about. That if maybe there was still sunshine, if it still shined and fall never came around, that nothing would change. I held onto it. I thought that maybe everything could stay as it was, and that summer wouldn’t leave me stranded there, burning on my patio.
The day that the first winds of fall arrived, where the little hairs on my arms stood up, I didn’t know what would follow. I just knew that the leaves were going to change colors and that soon enough, I wouldn’t be able to drive with the windows down and that would be a loss. Feeling that wind on my skin, I was afraid, but I knew it would just get stronger, it would catch up to me. That one day I would have to deal with that loss of light, and the warmth it gave to me so freely.
I don’t remember October either.


No me acuerdo de Septiembre. Solo me acuerdo de que hacia calor, mucho calor. Y que eso fue lo unico en lo que pensaba. Que si aun habia el sol, si aun salia y brillaba y el otoño no viniera nunca, que quizas nada cambiara. Que todo estaria igual, y que el verano no me dejaria tirada, quemada en el patio. 
El día que en que llegaron los primeros vientos de otoño, donde me paraban los pelos, no sabia que iba pasar.  Solo sabia que las ojas de nuestro arbol ya iban a cambiar de color, y que ya no iba poder manejar con las ventanas abiertas, y que eso era una perdida. Al sentir ese viento me dio miedo, porque igual sabia que iba llegar el frio, que me iba a alcanzar. Que un dia iba tener que lidear con la falta de sol y el calor que me regalaba libremente. 
No me acuerdo de Octubre tampoco.
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There isn’t an easier place to fall in love than Santiago. The downtown streets are too crowded, they're loud, and it smells like someone's blowing cigarette smoke down your lungs. The people look through you, no midwestern smiles or hello's, but it doesn’t matter. To me, the streets are like something from a modern-day fairy tale, surrounded by energy and life. There aren’t streets like that here. There aren’t any mysterious passages to get lost in or streets lined with apartments that reach up to the sky. There aren't any rose-colored stores or strangers on subway platforms. The parks here have rules and the one art museum in town won't change its exhibit. It makes me wonder if what I'm chasing is even here at all, or if I'm looking in vain. 

  
Aveces pienso que nunca mas me enamorare. No por falta de amor, o falta de querer, pero por ubicación No hay un lugar mas facíl para enamorarse que Santiago. Las calles del centro estan muy llenas de ruido y huele a cigarillos y la gente ni sonria. Pero todo eso me da igual porque las calles son como algo de un cuento. Te las imaginas? No, porque no hay calles asi aca. No hay pasajes misteriosos o departamentos que llegan hasta el cielo, ni tiendas rosadas o anticuchos a mil pesos.Tampoco estamos repletos de museos pa pelarse, pa mirarse, o parques sin reglas. No hay un anden del amor, donde te dejo plantado con un beso mirando hasta se va el tren y te pones borroso. Creo que esas cosas hacen toda la diferencia. 
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Once upon a time, Sara told me that I write about real life and that's why she liked my blog. But sometimes I wish I didn’t, that I could only write about pretty things because sometimes life just doesn’t feel very pretty. I’m scared of being honest like that, scared of what people think because it isn’t how it used to be. I’m not how I used to be. In trying to go back to the life I live, I realize that I will have to start fixing all that was broken.
No, I didn’t cut my hair up to my ears, didn’t dye it pink, or get a new piercing. I start small. I hate the dark blue color of my room. It doesn’t match with anything at all, only the sheets that we donated to the DAV. I paint my room the color I always wanted. We paint for hours until the dark room is filled with light. It's no longer the same color as those shifty sheets, it's much brighter. I buy a new lamp to hang from the ceiling. It makes it look like it’s always raining, but the nice rain, the one that mists and leaves rainbows shining in its wake.  It’s therapy, it's clear.  If you loved me, you’d tell me that all of this effort is enough, but I already know it isn’t. It doesn't undo the hurt. It's not like these repairs could be fixed with a coat of paint or three. But it's something, and as I look around my walls, the colors remind me of the sun's reflection on the water, a technicolor dream. 


Una vez me dijeron que yo escribo de la vida real, y que eso es bacán porque las redes suelen mostrar lo mejor de la vida, y no la verdad. Y yo pensaba que eso fue el mejor cumplido que un blog como el mio podria recibir. Pero aveces deseaba que no fuera asi, que podia solo escribir cosas bonitas porque la vida aveces es muy pesada. No se siente bonita y no me dan ganas de fingirlo. 
En un esfuerzo de tratar de volver a la vida via, me di cuenta que tendria que empezar otra vez. Y para mi, eso significaba arreglar las cosas que encontraba rotas. Odio el color azul de mi pieza. No combina con nada, solo con las nuevas frasadas que donamos al DAV. Pinto mi pieza un color que siempre quise. Pintamos por horas, hasta que el cuarto se llena de luz. Compro una nueva lampara que cuelga del techo. La lampara tienen el efecto de hacer que siempre se ve como si esta lloviendo. Es esa lluvia simpatica que rega las plantas y deja un arcoiris brillando. Se ve como la reflección bajo del agua, cuando abres tus ojos solo para ver como el sol toca el agua y lo pinta colores que ni sabes describir. Es terapia, es claridad. Y aunque las cosas siguen un poco rotas, y un corazon no se sana en un dia pal otro, es algo. 
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Es el kawin del barrio. Todos tienen su opinión sobre el niño vulnerable que nos da la clase este lunes, llorando sin miedo en un circulo de JAS. Su gato esta muerto, locked up in the dryer, found the next morning. Un cuento mórbido pa decir la verdad, pero llegaremos al punto. Lo usa para la clase de noche de hogar que se trata de la felicidad. Espera, casi llego al punto, a la moraleja de la historia. Nos dice que cuando las peores cosas nos pasan, como la muerte de una mascota, etc., que hay que seguir adelante. Pero no solo seguir por seguir nomas, pero hacer cosas que nos harán mas felices. Por ejemplo, escuchar música que te haga feliz. No pondrían una canción que les haría llorar cuando ya están tristes, ¿no? Giro en mi silla y miro a la Fran Chuta mi flaca. Esta triste aún la niña. Ósea, yo. No paro de escuchar canciones así, las que pueden expresar como me he sentido en los últimos meses. Pobrecita, que ella tiene que escucharlos conmigo y ver como canto con una maldita pasión. Mi amiga me pregunta si tengo una canción asi, y le cuento que si. Se lo explico y cuando lo digo en voz alta, aunque lo hago calladita, me rio. Nos reímos juntas porque ¿por que tan sufrida niña? Quiero decir que esta clase me cambio, that I spared Fran from hearing Mon La Ferte’s entire discography on repeat. I don’t remember now, but I hope I handed her the aux that night, saying good bye to mi flaco.


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